miércoles, 24 de marzo de 2010

“Fotos y recuadros” por Eva Giberti


Los vemos fotografiados como si fueran personas comunes, como tantos otros, sentados en fila, a veces con aire solemne, en oportunidades como borrachos, pero siempre rigurosamente trajeados, como si el traje y la corbata los condujese a reconocer la seriedad del trámite y la investidura del tribunal. Menos uno que aparece en pullover, deportivamente, para poder arremangarse y diferenciarse de los otros como el que se atreve a más y tiene más poder o más capacidad de seducción masculina, diferenciación histórica entre las fuerzas armadas.


Por fin podemos mirarlos, recortarlos, y con sus figuras armar nuevas escenas, como cuando los chicos diseñan sus collages. Una vez recortados podemos pegarlos en el borde de la hoja o meterlos en un estanque, pintado con lápiz celeste, junto con los patos, o como parte de la granja sentados en tractores, o armar un escenario y sentarlos como público en una fiesta de fin de año mirando a los niñitos que cantan el himno. Podemos recortar esas fotografías destrozando la página del diario y construir miles de imágenes, como si fuéramos los dueños de esas vidas. Que ahora deben responder ante la Justicia porque ellos armaron las trágicas escenas que el 24 de marzo conmemora, cuando algunos de ellos sentados frente a su escritorio firmaban las órdenes que hoy dicen no haber firmado.


Esas fotos no nos muestran a quienes nos miran de frente, salvo un primer plano buscado por algún periodista, están de costado o mirando hacia abajo, escondida la mirada por el azar fotográfico.Son las caras de quienes torturaron y desaparecieron cuando se enancaron en un 24 de marzo para perdurar indefinidamente.


Si volteamos las hojas de Página/12, otras son las fotos que nos miran de frente, desde el vacío de la ausencia, la cara de otro que existía y que fue expulsado de su vida, que está presente cada día. Pero no es ésa la cuestión, la del recuerdo interminable. Desde esas caras que surgen en el diseño de las páginas se reconoce el alerta escondido que brota desde la ausencia. Pero difícilmente se encuentre el sobresalto que podría surgir en el Yo de quien las mira como si no importaran, como un recuadro más del diario. Pero no son un recuadro más, son los desaparecidos.


Esas caras que parecerían ajenas, vaya a saber quiénes serían aquellas gentes desaparecidas que, en la letra del periódico, enhebran mensajes amorosos escritos por amigos y familiares, aparecen y nos alertan, sin que las escuchemos, diciéndonos que la lucha que les robó la vida no terminó.


Ese sujeto que desde el recuadro me mira fatalmente me sobresalta, aunque no quiera atenderlo ni recordarlo. Es un prójimo que apela a mi indiferencia y a mi descuido, que me descubre desde su mirada, como diría Sartre: “La mirada que manifiestan los ojos, no importa de qué naturaleza éstos sean, es puro retorno a mí mismo”.


El surgimiento de ese otro que me mira no es solamente una molestia que se trata de eludir sin mirarlo ni leerlo, ese prójimo que me despoja de mi libertad, como diría Sartre, para quedarme tranquilo y pensar que el horror terminó porque Strassera dio la orden “Nunca Más”. Ese prójimo ocupa el lugar de la palabra viva de cada día, despertándonos.


Ahora podemos entrar en el campo de los asesinos, podemos mirarlos mientras viven, congelarlos en las fotos y recortarlos, por lúgubre que parezca la idea, sin embargo, mientras tanto se cocina el engaño y se perfecciona la trampa: son otros, invisibles, los que están esperando su turno para volver como sea.


Si éste es el comentario para un 24 de marzo, no parece un homenaje a la memoria de los ausentes, menos aún un recordatorio triunfal. No lo es porque la tensión positiva que produce el mirar a los enjuiciados no aminora los efectos del terrorismo de Estado en las generaciones sucesivas ni la inspiración que suscitaron en otros que ahora se enmascaran tras la demanda de mano dura.


Resaltar la singular coyuntura que enlaza a los victimarios siendo juzgados, con sus fotos publicadas en las mismas páginas que honran sus víctimas en homenaje permanente, sólo pretende recordar que cada recuadro es parte de una lucha en la historia del país y como tal corresponde sea leído y mirado. Los otros trajeados con saco y corbata se recordarán como los que ensangrentaron y empobrecieron al país. Sus admiradores activos no están siendo juzgados, todavía."

jueves, 18 de marzo de 2010

Evita según Galeano


1935, BUENOS AIRES: EVITA


Parece una flaquita del montón, paliducha, desteñida, ni fea ni linda, que usa ropa de segunda mano y repite sin chistar las rutinas de la pobreza. Como todas vive prendida a los novelones de la radio, los domingos va al cine y sueña con ser Norma Shearer y todas las tardecitas, en la estación del pueblo, mira pasar el tren hacia Buenos Aires. Pero Eva Duarte está harta. Ha cumplido quince años y está harta: trepa al tren y se larga.

Esta chiquilina no tiene nada. No tiene padre ni dinero; no es dueña de ninguna cosa. Ni siquiera tiene una memoria que la ayude. Desde que nació en el pueblo de Los Toldos, hija de madre soltera, fue condenada a la humillación, y ahora es una nadie entre los miles de nadies que los trenes vuelcan cada día sobre Buenos Aires, multitud de provincianos de pelo chuzo y piel morena, obreros y sirvientas que entran en la boca de la ciudad y son por ella devorados: durante la semana Buenos Aires los mastica y los domingos escupe los pedazos.

A los pies de la gran mole arrogante, altas cumbres de cemento, Evita se paraliza. El pánico no la deja hacer otra cosa que estrujarse las manos, rojas de frío, y llorar. Después se traga las lágrimas, aprieta los dientes, agarra fuerte la valija de cartón y se hunde en la ciudad.

viernes, 12 de marzo de 2010

Sobre los hombres que pagan por sexo




Por Lille Skvat


A los hombres les da igual que las putas a las que se tiran por dos duros sean mujeres traficadas y obligadas a ello. Esto, que para mí es una evidencia, en esta sociedad hipócrita parece una novedad que incluso despierta controversias y escándalo.


Explico el asunto. Resulta que un político danés de uno de los partidos de izquierda (SF), Kamal Qureshi, y una ONG llamada Safe and Alive para marcar el Día Internacional de la Mujer decidieron poner a prueba a los hombres daneses. Publicaron un anuncio falso en la sección de contactos de uno de los dos periódicos de escándalos. En un par de días recibieron varias llamadas, 14 para ser exactos, de clientes interesados en tener sexo con las mujeres negras que se vendían en este anuncio. En las conversaciones el que se hace pasar por el chulo explica que las mujeres son traficadas contra su voluntad y que por eso son tan baratas. La mitad de los hombres que llamaron dijeron que no les importaba y que deseaban comprar el servicio sexual aun así.


Esto ha creado escándalo porque por una vez se ha demostrado con grabaciones que los hombres, incluso sabiendo las condiciones de las mujeres, deciden comprar sus servicios. Sin embargo, sinceramente, ¿quién pensaba que era de otra forma antes? Quiero decir, todo el mundo sabe que las mujeres que vienen a Dinamarca de países del tercer mundo o de Europa del Este y que trabajan como prostitutas en burdeles y en la calle lo hacen porque son obligadas. Ya hemos visto varios documentales que nos cuentan desde las condiciones de las tailandesas encerradas durante meses hasta como los abogados respetables participan para conseguir que los chulos no paguen impuestos. Hemos leído incontables artículos en los periódicos que nos describen más que detalladamente que la mayoría de las prostitutas que trabajan en Dinamarca son extranjeras y que de ellas la mayor parte son traficadas que no esperaban tener que trabajar vendiendo sexo. Hemos visto campañas de diversas ONG, de partidos políticos, incluso de las propias asociaciones de prostitutas explicando que la enorme mayoría de esas mujeres son víctimas del tráfico humano. Y cada día cualquier persona normal que viva en Dinamarca puede al caminar por la calle ver los burdeles abiertos 24 horas para que los clientes entren, pero de los que nunca salen las mujeres que trabajan. Yo misma he visto varias veces como al salir la persona que me imagino es propietaria o proxeneta cierra la puerta con llave desde fuera mientras dentro quedan personas que hablan a través de la puerta.


¿Y aun así la sociedad tiene la fantasía de que si los hombres saben que estas mujeres no quieren ser prostitutas no desearan comprar sus servicios? Por favor... Casi suena a mofa.

De buenas a primeras digo yo que el hombre que compra sexo de una prostituta está claro que en ningún momento se interesa por la mujer con la que tiene sexo....(continúa)


martes, 9 de marzo de 2010

8 de marzo: Mujeres tomaron las calles proclamando sus derechos







Este 8 de marzo fue un día más de lucha por la defensa de los derechos de las mujeres. Muchas salieron a las calles a manifestarse a través de expresiones artísticas, proclamas y canciones.

En Argentina, las consignas se focalizaron en reclamar la reglamentación de la ley n º 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, la despenalización del aborto y la liberación de las víctimas de trata.

En Honduras las mujeres en resistencia fueron nuevamente reprimidas en un acto totalmente repudiable que fue denunciado a través de varios vídeos que circulan en Internet.

A pesar de "los palos en la rueda" (y por las cabezas de las hondureñas) la lucha continúa por la igualdad, el respeto y la vida.

martes, 2 de marzo de 2010